lunes, 6 de enero de 2014

Estrellas fijas

Cuando ya de la vida 
el alma tenga, con el cuerpo, rota, 
y duerma en el sepulcro 
esa noche más larga que las otras, 

mis ojos, que en recuerdo 
del infinito eterno de las cosas, 
guardaron sólo, como de un ensueño, 
la tibia luz de tus miradas hondas, 

al ir descomponiéndose 
entre la oscura fosa, 
verán, en lo ignorado de la muerte, 
tus ojos... destacándose en las sombras. 


José Asunción Silva

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