lunes, 26 de agosto de 2013

El encuentro

Empezamos a hablar-

Nos miramos, dejamos de mirarnos-

Las lágrimas subían a mis ojos

pero no podía llorar

deseaba tomar tu mano

pero mi mano temblaba.

No dejabas de contar los días que faltaban

para nuestro próximo encuentro

pero las dos sentíamos en el corazón

que nos separábamos para siempre.

El tictac del relojito llenaba la habitación en calma-

Escucha, dije, es tan fuerte

como el galope de un caballo en un camino solitario.

Así de fuerte –un caballo galopando en la noche.

Me hiciste callar en tus brazos –

pero el sonido del reloj ahogó el latido de nuestros corazones.

Dijiste “No puedo irme: todo lo que vive de mí

está aquí para siempre”.

Después te fuiste.

El mundo cambió. El ruido del reloj se hizo más débil

se fue perdiendo –se tornó minúsculo-

Susurré en la oscuridad: “Moriré si se detiene”.

 

Katherine Mansfield, Té de manzanilla & otros poemas.

Traducción: Mirta Rosenberg y Daniel Samoilovich.

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