miércoles, 16 de enero de 2013

REB FETER MEIER LE DA LA LLAVE DE CASA A SHILA, SU PERRA

Respondes a cualquiera de mis llamados, pero 
especialmente a aquél que, por rutinario, siempre te 
asombra, 
como a mí tus saltos cuando vuelvo a casa y siento que 
todo, hasta la gota que no 
deja de caer de la canilla, todo está asombrosamente en su 
lugar y todo es distinto. 

Igual que tus ladridos recuerdan viejas manadas, 
en cada una de mis palabras hablan las multitudes, 
pero cada palabra tiene su propia voz e incluso su propio 
silencio. 

Ya somos inmensos como el mar pero aún podemos ser 
más pequeños, 

vamos, entonces, éste es tu momento de salir a la calle y, 
como todas las noches, recorrer el mundo. 

Alberto Szpunberg

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